El presidente estadounidense asegura que no pedirá la
renuncia del jefe de la CIA
Era una de las últimas preguntas de la que
probablemente sea su última rueda de prensa antes de partir de vacaciones,
cuando Barack Obama sorprendió por su franqueza. Después del 11-S, “torturamos
a gente”, reconoció sin tapujos la tarde del viernes el presidente de Estados
Unidos, en referencia a las técnicas usadas por la CIA para interrogar a
sospechosos tras los atentados en 2001.
No es la primera vez que Obama califica como tortura
las prácticas de interrogatorio cuyo uso prohibió al llegar a la Casa Blanca en
2009, como la del ahogamiento simulado o waterboarding. Ya lo hizo al cumplir
cien días de mandato, cuando manifestó su convicción de que el
"waterboarding es tortura y que, cualquiera que fueran los argumentos
legales para ello, fue un error".
Y lo volvió a mencionar en un discurso sobre seguridad
pronunciado en mayo del año pasado en la Universidad Nacional de Defensa. “En
algunos casos creo que comprometimos nuestros valores básicos al usar tortura
para interrogar a nuestros enemigos”, señaló en aquel entonces.
Pero este viernes se escuchó con más claridad quizás el
reconocimiento por parte de la máxima autoridad del país, que la nación que se
precia de defender las libertades en el mundo también hizo lo que tanto
reprocha a otros, algo que los estadounidenses deben asumir y “aceptar”,
afirmó. “Cruzamos la raya”, insistió Obama.
Sus palabras se conocen en vísperas de que la Casa
Blanca desclasifique un informe del Comité de Inteligencia del Senado en el que
se concluye que las técnicas que usó la CIA para interrogar a sospechosos de
pertenecer a Al Qaeda tras el 11-S -es decir, durante el gobierno de su
predecesor republicano, George W. Bush- son más severas de lo que se sabía
hasta ahora.
El presidente demócrata sin embargo pidió tener en
cuenta el contexto de miedo generalizado tras los peores atentados en la
historia del país para “no juzgar con demasiada dureza” a quienes, sin duda,
“hicieron cosas que estaban mal”.
“Es importante que no seamos demasiado mojigatos en
retrospectiva ante el duro trabajo que tenían” los encargados de localizar a
los responsables del 11-S y de garantizar que algo así no vuelva a suceder.
“Muchos de ellos son gente que trabajaba duro bajo una enorme presión y son
verdaderos patriotas”, agregó Obama.
Dicho lo cual, reconoció que ello no significa que
algunas acciones estén justificadas. “Hicimos algunas cosas que están mal. Y
eso es lo que el informe refleja”.
“Cuando usamos algunas de estas técnicas de
interrogatorio, técnicas que creo que cualquier persona imparcial consideraría
que constituyen tortura, cruzamos una línea. Y eso tiene que ser comprendido y
aceptado. Como país, tenemos que asumir la responsabilidad de ello, para que
ojalá no volvamos a hacerlo en el futuro”, recalcó Obama.
No se ha revelado la fecha concreta en que se
desclasificará el informe, que ha estado rodeado de más escándalo aún al
confirmarse, esta misma semana, que la CIA espió las computadoras de la
comisión del Senado que investigaba las torturas.
Fuente: El País.com