El gigante de las búsquedas asegura
que su chip cuántico suparará al mayor superordenador convencional del mundo
antes de 2018, aunque reconoce que el hito aún tendría mucho trabajo por delante.
John Martinis sólo se ha concedido un
par de meses para lograr un hito histórico en el sector de la computación.
Martinies lidera el grupo de investigaciones de Google que trabaja en el
desarrollo de chips informáticos increíblemente potentes capaces de manipular
datos mediante las peculiaridades de la física cuántica. Para finales de este
año, asegura que su equipo habrá conseguido desarrollar un dispositivo que
logre la "supremacía cuántica". Este concepto que significa que el
aparato deberá ser capaz de ejecutar un tipo cálculo que actualmente está fuera
(y muy lejos) del alcance de cualquier ordenador convencional. Para
demostrarlo, el chip de Google competirá en una especie de carrera contra uno
de los superordenadores más grandes del mundo.
Martinis afirma: "Creemos que
estamos listos para realizar este experimento. Lo podríamos hacer ahora".
Una de las razones para la confianza
del equipo de Google, compuesto por 25 investigadores, se basa en que ya ha
desarrollado un nuevo chip cuántico para probar las características de diseño
claves necesarias para elaborar un dispositivo capaz de asumir la prueba.
Los chips cuánticos representan los
bits de datos en forma de cúbits, son dispositivos que pueden atajar algunos
cálculos muy complejos gracias a propiedades físicas contrarias a la lógica que
ofrece la mecánica cuántica. Pero de momento, la computación cuántica sólo ha
sido demostrada con pequeños grupos de cúbits. Google ha publicado los
resultados de un chip que tiene nueve cúbits dispuestos en línea, pero Martinis
afirma que necesitará una red de 49 cúbits para su experimento de supremacía
cuántica.
El último chip de Google solo tiene
seis cúbits, dispuestos en dos líneas de tres. Pero Martinis asegura que la
tecnología de la empresa también funciona cuando los cúbits están en línea,
como sucederá en los dispositivos más grandes.
El chip de seis cúbits también es un
ejemplo de un método fabricación en el que los cúbits y el cableado
convencional que los controla se producen en chips independientes que luego son
fusionados. Ese enfoque, un área de especial interés para el equipo de Google
desde que se creó hace algo más de dos años, busca eliminar las líneas de
control adicionales que requieren los chips más grandes, y que pueden
interferir con el funcionamiento de los cúbits.
Martinis afirma: "Ese proceso ya
funciona al 100%. Así que ya estamos listos para avanzar un poco más
deprisa". Y añade que los diseños de dispositivos con entre 30 y 50 cúbits
ya están en curso. Mostró brevemente imágenes del chip de seis cúbits en la reciente
conferencia IEEE TechIgnite celebrada en San Bruno (EEUU), pero su grupo aún no
ha divulgado formalmente los detalles técnicos.
Martinis se unió a Google a finales de
2014 desde la Universidad de California en Santa Barbara (EEUU), donde sigue
siendo profesor (ver Google quiere construir su propio ordenador cuántico). Su
equipo es uno de varios grupos industriales de investigación formados o
ampliados recientemente gracias a las crecientes señales de que la tecnología
responsable de la computación cuántica cada vez es más manejable. La carrera
por desarrollar procesadores cuánticos incluye a Intel, Microsoft, IBM y hasta
start-ups (ver TR10: Ordenadores cuánticos funcionales).
El investigador y miembro del grupo de
computación cuántica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU),
Simon Gustavsson, afirma que Google es uno de los líderes. "Google e IBM
están bastante igualados", dice.
Si su experimento de supremacía
cuántica tiene éxtio demostrará el potencial de la empresa de búsquedas, aunque
los procesadores cuánticos necesitarán tener mucho más que 50 cúbits para ser
capaces de ejecutar trabajos útiles.
"Será un hito académico",
señala el profesor de la Universidad de Maryland (EEUU) y cofundador de la
start-up de computación cuántica IonQ, Chris Monroe. El experto añade:
"Después, aún será necesario averiguar cómo volverlo más escalable y
programable".
Martinis está de acuerdo en que aunque
lo logren, aún habrá mucho trabajo por hacer. Pero defiende que el experimento
podría convertirse en una referencia para cualquiera que afirme disponer de un
ordenador cuántico funcional.
También señala que el objetivo ha
ayudado a los responsables de Google, y al cofundador de la empresa Sergey
Brin, a apreciar que la tecnología se está convirtiendo en algo real. Martinis
concluye: "Todos están muy emocionados. Intentamos recaudar apoyos dentro
de Google, y este experimento nos ha servido mucho para que otros ingenieros
hablen con nosotros".
Fuente: MIT Technology Review